Reflexión sobre a qué edad habría que permitir a los niñ@s tener un teléfono móvil.

Debate acerca del teléfono móvil. Alberto Sepúlveda Maroñas.



En esta parte de la sesión de hoy, a la que han asistido de forma conjunta los profesores Félix Moriyón y Alfonso Moraleja, se ha debatido acerca de a qué edad los jóvenes deberían tener en su posesión un teléfono móvil. La discusión se centró en la nocividad de las aplicaciones móviles y las redes sociales más populares (TikTok, Instagram) en la capacidad de mantener la concentración y el vínculo emocional y personal con los seres humanos a su alrededor. 

A colación de este debate, en el que la mayoría estábamos de acuerdo en que los jóvenes de menos de 13/14 años no deberían tener un móvil (a no ser que fuese un Motorola antiguo que solo permite llamadas), una compañera ofreció un punto de vista sumamente interesante que chocó con la visión general: el móvil es un agente socializador. Esto implica que un compañero de clase sin móvil, prácticamente, no existe, no puede integrarse en las experiencias de sus compañeros y tiene mucho más difícil conectarse con sus compañeros. 



A raíz de todo lo dicho, concluyo que, idealmente, sería idóneo que nadie necesitase el móvil para vivir, pero en cierto sentido, lo necesitamos. Incluso para el instituto necesitamos usar el Aula Virtual; para enterarte de lo que ha mandado el profesor hablamos por Whatsapp. Ante este escenario, la cuestión no creo que descanse en la prohibición del uso de móviles, sino en su limitación horario, en el control que hagan los padres sobre el tiempo de uso que sus hijos manejan en red. 

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